¿Quién no recuerda la vieja costumbre gitana de tocar el organillo por las calles del pueblo, y pedir dinero a las personas que asomasen por la ventana?
A muchos les parecerá mentira que a día de hoy, aún se recreen este tipo de escenas, pero resultan más comunes de lo que muchos pueden llegar pensar.
Además, esta vez, esta estampa tan típica del ideario español tuvo una alteración, el ritmo de la música hizo que gitanos y payos se uniera espontáneamente para bailar en la terraza de un bar.
Sin duda, este tipo de tradiciones son las que consiguen darle vida a nuestras calles, aunque sea por un rato.
Y para que viváis el ambiente desde casa...
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