El Miki es de Cádiz, comenzó a trabajar "clavando clavos" en el circo Fénix hace cuatro años, hasta que se disolvió. Sus inicios fueron ayudando al circo a montar y desmontar la carpa, pero al ver que era trabajador lo cogieron para hacer espectáculos de faquir, comedor de fuego, malabarista, etc.
Aprendió a hacer todo tipo de malabares en el circo y ahora que se ha disuelto, realiza los trucos en la calle para poder pasar el día. Recorre las calles de Bilbao, donde reside actualmente, con sus palos del diablo y nos cuenta que era el último tipo de malabar que le quedaba por aprender. Miki se hace con toda la calle y siempre con una sonrisa y una nariz de payaso,hace que la gente se anime. Considera su trabajo "una protesta contra la crisis" y comenta que aunque no se gana mucho, si se elige un buen sitio y un buen espectáculo, con paciencia, se puede llegar a ganar bastante.
Como anécdota nos contó que una vez coincidió durante una gira con el circo Fénix con el circo de Ángel Cristo, que tenía una carpa más grande y mejores artistas, pero la droga les afectó tanto que acudieron al Fénix para pedir dinero para gasolina y comida para animales.
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